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Antígona Gómez
A un año de la desaparición de Jaime Gómez
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Hay días en que desesperadamente me pregunto por qué te mataron. Por qué estoy viviendo este dolor tan intenso. Por qué no puedo disfrutar más de tu compañía, de tus enseñanzas. Por qué no estás en casa dispuesto a contestar una llamada mía. Porque estuviste tan sólo en nuestros corazones y en la gran foto que tiene la abuela en casa el 31 de diciembre, cuando era nuestro día favorito. En esos instantes me lleno de un dolor profundo, desgarrador, desconcertante, un dolor que sabe a rabia en los labios cuando trato de verbalizarlo. Me duele más cuando te pienso hace un año, riendo, con tu cabello largo. La boca se me hace agua cuando te pienso en vida, se torna áspera cuando arribo al martes en que te llevaron. No entiendo, que alguien me explique, que alguien me de razones, que estoy gritando callada a todo viento: ¿Por qué te mataron, quién les dio permiso? ¿Quiénes son acaso? ¿Cuál es el poder especial que los reviste? No entiendo. No entiendo. Luego de un año sigo sin entender. No estoy en el mismo lugar de siempre, el duelo me lleva por parajes distintos, pero olvidar no puedo. En mi camino el olvido me es ajeno. Está distante de mi convicción de vida. ¿Dánde estás? ¿Por qué te han llevado? Me interrogo inútilmente. Por qué no hay respuestas, por qué en Colombia hay tantos oídos sordos. Padre, me haces falta. A veces ni llorar puedo. Es que no entiendo, no comprendo, no acepto. Renuncio a seguir viviendo en un país con tanta mierda. Renuncio al país del depotismo, de la violencia, de la sangre, de los difuntos. Renuncio a dejar que sueños y proyectos políticos queden destinados al olvido. Renuncio. Ya lo he hecho. Odio las mentiras, me asquea el olvido. Me producen náuseas los que venden nuestra patria, más náuseas que las que sentí el domingo que encontraron tus restos. Náuseas más terribles que las que experimenté cuando me fui haciendo lavado cerebral para aceptar que quizás estabas muerto. Náuseas más viscerales que las que sentí al verte sólo en pedazos en la morgue. Náuseas que asquean. Náuseas y rabia. Más rabia que aquella de saber lo que decía de tu muerte el Presidente, el Ministro, el director de Medicina Legal, la periodista aquella. Es mi derecho sentir rabia, estar dolida, querer la verdad, soñar con imposibles como la justicia. Es mi derecho querer construir una mejor patria sin tantas mentiras. Un año ha pasado y no sabemos nada de quienes te mataron. Para nosotros, los que aquí quedamos cuando a ustedes se los llevan, la paciencia resulta una obligación. Obligada a esperar un tanto más, así, te digo de nuevo que te extraño , te añoro, te recuerdo, te dibujo en sueños… Eso al menos sigue siendo mío: los sueños!!!
Antígona Gómez – Nacida el 21 de marzo de 2006
Jaime Gómez: Desaparecido el 21 de marzo de 2006 – hallaron sus restos por arte de magia (en Colombia hay bastantes magos), el 23 de abril del mismo año.
Más artículos: http://antigonagomez.blogspot.com
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